El hipocentro o foco sísmico de un terremoto es la zona del interior de la tierra en la que se produce el terremoto, mientras que el epicentro es la zona de la superficie terrestre más cercana al hipocentro. El terremoto se propaga en todas direcciones a través de las ondas sísmicas.
Para registrar los terremotos usamos unos aparatos llamados sismógrafos, que dibujan unas gráficas llamadas sismogramas. La sensibilidad de los sismógrafos les permite registrar terremotos de escasa magnitud que pueden pasar desapercibidos para las personas.
La magnitud de un terremoto es la cantidad de energía que se libera. Para medirla utilizamos la escala de Richter. En ella, cada grado representa 32 veces la energía liberada por el anterior. Esta escala es abierta, no tiene límite superior.
-La tectónica de placas:
La capa más externa de la Tierra es delgada y rígida, y recibe el nombre de litosfera, que está dividida en fragmentos denominados placas litosféricas.
- La litosfera est´ña dividida en fragmentos o placas.
- El calor del interior de la Tierra provoca el movimiento de los materiales situados bajo la litosfera.
- Las placas litosféricas se desplazan a causa de los movimientos de los materiales que se encuentran por debajo de ellas.
- Como consecuencia, los movimientos de las placas originan friciones, fallas o choques, responsables de los terremotos.
- Dorsal oceánica: son límites divergentes en los que las placas se separan mientras el hueco que dejan está ocupado por materiales calientes. Se originan numerosos terremotos de escasa magnitud.
- Zona de subducción: son límtes convergentes en los que una plca se intruduce bajo la otra. Se producen nuemrosos terremotos de gran magnitud.
- Falla transformante: son l´mites en los que ni se crea ni se destruye litosfera, sino que se producen desplazamientos laterales entre las placas. Se originan terremotos de gran intensidad.
-¿Cómo determinar el riesgo sísmico de una zona?
Para ello nos debemos basar en:
- Si la zona está situada o no en un límite de placas.
- Las características geológicas locales, como los materiales existentes y las existencia o no de fallas activas y su longitud.
- La historia sísmica de la zona.
No podemos predecir los terremotos y saber dónde y cuando van a ocurrir, pero sí podemos tomar medidas de precaución para reducir su efecto.
- Elaborar mapas de riesgo sísmico que nos permitan ajustar a cada circunstancia las normas de prevención.
- Establecer normas de construcción sismoresistente.
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